La pequeña y mediana empresa constituye una parte fundamental de nuestra actividad productiva. Según el Plan de Digitalización de Pymes, en España el peso de este sector es mayor que en el conjunto de la UE. Las pequeñas empresas, micropymes y autónomos constituyen casi la totalidad de nuestro tejido empresarial y aportan la mitad del empleo.

Estos datos ponen de manifiesto el potente rol que juegan estos negocios en la situación económica de nuestro país, y la necesidad imperante de que entendamos cuáles son sus preocupaciones y prioridades, y las abordemos desde una propuesta común.

En nuestro informe ‘La Pyme española en 2022: retos y aspiraciones digitales’ analizamos cuáles son las necesidades que la pequeña empresa destaca para finales de año. Entre ellas, priorizan la urgencia por incrementar las ventas (62%), conseguir nuevos clientes (56%) y ser más eficientes (45%). En todas ellas podemos encontrar dos aspectos comunes. Primero, que las tres se relacionan con poder mantener la rentabilidad de sus negocios en un contexto de incertidumbre económica global. Segundo, que el uso de soluciones digitales se presenta como un pilar estratégico para suplirlas.

No es algo nuevo. Desde hace tiempo la Pyme española lleva haciendo esfuerzos por dar el salto al universo digital y poder establecerse en él. En pocos años, muchos negocios han visto cómo el mercado en el que tradicionalmente han operado ha cambiado radicalmente, empujados por el motor de la digitalización acelerada: nuevos hábitos de consumo, nuevos métodos de pago y nuevas formas de relacionarse con los clientes. También, nuevos competidores globales y nuevas demandas por parte de todos sus públicos, incluidos la Administración Pública y la fuerza laboral. España avanza firme hacia la digitalización, tal y como demuestran los últimos datos del Informe DESI (Digital Economy and Society Index). Nuestro país ya ocupa el séptimo puesto entre los 27 Estados miembros de la Unión Europea en términos de digitalización, en base a los criterios de conectividad, integración de la tecnología digital, servicios públicos digitales y capital humano; dos posiciones por delante que en 2021.

En nuestro día a día con la Pyme, vemos que la gran mayoría de los negocios son conscientes de que el futuro pasa por la transformación digital; sin embargo, no en todos los casos consiguen abordar este proceso de manera oportuna. Un ejemplo bastante visual de este hecho lo encontramos al analizar su presencia en Internet.

Actualmente, el 90% de todas las compras se inicia en el mundo online; quizá no todas se materializan finalmente en la Red, pero es donde tienen su origen. Por eso, la mayoría de los pequeños negocios ha optado por invertir en el entorno digital, y el 87% afirma tener una página web. Sin embargo, la realidad es que casi la mitad (40%) no consigue aparecer entre los diez primeros resultados mostrados por Google cuando un usuario busca información sobre el producto o servicio ofrecido. Las cifras empeoran si pensamos en Google Maps. Solo el 5% de los pequeños comercios aparecen en los primeros resultados mostrados por el mapa.

El principal motivo de este problema radica en que las webs comúnmente desplegadas por las Pymes no encajan con los requisitos que impone el motor de búsqueda. Por ejemplo, no disponen de un mapa del sitio online, ofrecen poco contenido o no incluyen etiquetas reconocidas por Google en las imágenes.

Más allá de las dificultades que esto pueda suponer a la hora de ganar visibilidad y atraer nuevos clientes, bajo este hecho subyace una problemática algo mayor. Pese a tener la intención y dedicar recursos a ello, la realidad es que muchas empresas españolas no están viendo los resultados de su inversión digital. De hecho, la mayor preocupación de las Pymes revelada en nuestro estudio es el miedo a no disponer de los conocimientos suficientes para hacer un buen uso de las herramientas digitales. Le sigue el pensar que la digitalización efectiva de sus negocios les requerirá una elevada inversión.

Desde mi punto de vista, en la solución de este problema jugamos un rol fundamental todos los actores que intervenimos en el ecosistema Pyme, bien seamos los socios tecnológicos, las asociaciones por la digitalización o las administraciones públicas. Es nuestro papel facilitar el acceso de estas empresas a soluciones digitales que les permitan aprovechar el potencial que la digitalización les ofrece. O al menos así lo entendemos en BeeDIGITAL.

Para ello, actuamos sobre tres principios básicos. Primero, un entendimiento total de la pequeña empresa, sus necesidades y preocupaciones. Segundo, el desarrollo de soluciones tecnológicas punteras completamente adaptadas a las capacidades, objetivos y recursos de estos negocios. Tercero, un asesoramiento especializado y un acompañamiento continuo durante su transformación digital.

Solo a través de la incorporación de herramientas oportunas y de la forma adecuada, las pequeñas empresas podrán alcanzar una digitalización total que responda de manera eficaz a los retos a los que se enfrentan. Igual de importante es que este proceso se aborde desde una perspectiva 360º, que permita a la pequeña empresa disfrutar de los beneficios de la digitalización en sus distintas áreas de negocio. Desde funciones administrativas y contables hasta el uso de herramientas basadas en Inteligencia Artificial para mejorar su servicio a cliente. Todo está al alcance de la Pyme, siendo solo necesario el abordarlo de la manera correcta.

En BeeDIGITAL estamos absolutamente comprometidos con la responsabilidad de impulsar la digitalización de los pequeños negocios. Actualmente, estamos trabajando en la elaboración del Índice de presencia digital de Pymes y Autónomos en España, valorando aquellos criterios más relevantes para la correcta presencia digital de estos negocios. Este análisis nos permitirá tener una visión completa sobre la situación digital de la pequeña empresa, contribuyendo a impulsar aún más su transformación y a seguir creciendo en la escala europea.